La relación entre Donald Trump y Elon Musk se rompió públicamente el 5 de junio, luego de que el empresario dejara su cargo en la administración y tratara de frenar un paquete presupuestario clave para las prioridades del presidente. Su ruptura marcó un giro en la campaña de Trump, donde Musk ha sido uno de sus mayores donantes.
Aunque Musk criticó a Trump en 2016 y respaldó a Hillary Clinton, se unió a su gobierno en 2017 como parte de varios consejos asesores. Sin embargo, renunció meses después por la salida del Acuerdo de París, aunque mantuvo vínculos con el gobierno por sus contratos con la NASA.
En 2022, Musk cambió su respaldo político a los republicanos, aunque se peleó abiertamente con Trump ese mismo año. Intercambiaron insultos públicos: Trump lo llamó “idiota” y Musk respondió que debía retirarse de la política.
A finales de 2022, Musk compró Twitter y restableció la cuenta de Trump. En 2023 apoyó la campaña de Ron DeSantis, rival de Trump, pero cambió de opinión tras el atentado contra el expresidente en 2024, y expresó su respaldo total.
Además, Musk invirtió 277 millones de dólares en favor de Trump y otros candidatos republicanos. Fue nombrado director del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental y formó parte del círculo cercano del presidente.
En abril de 2025, Musk tuvo un fuerte choque con el asesor Peter Navarro y, poco después, abandonó la administración. Empezó a criticar públicamente el presupuesto de Trump y lo acusó de mentir, lo que desató un conflicto que terminó con amenazas del presidente de quitarle contratos federales.
Con información de Ok Diario
