El cantante mexicano Álex Fernández, nieto de Vicente Fernández e hijo de Alejandro Fernández, afirmó este lunes a Efe que se siente «honrado de representar a la nueva generación de su familia con la música mariachi» y reveló que ha sido su abuelo el motor de su naciente carrera artística.
«Mi abuelo es muy territorial con sus cosas y es él quien está dirigiendo todo lo de mi carrera», narró el joven músico.
Durante una visita a Miami para promocionar su segundo sencillo, «Lo primero que haría», que sale al mercado el 14 de febrero, Álex Fernández se presentó como un híbrido perfecto de las dos celebridades de su familia.
«Fue él quien decidió que tenía que lanzar mi carrera artística y hasta escogió personalmente las canciones que van en mi disco», acotó sobre el entusiasmo de su abuelo.
Con una camisa estampada («que me regaló mi papá»), pantalones blancos y mocasines sin tacón, el joven lucía como el hijo del Alejandro que le rompió el corazón a muchas de sus fans al dejar la música tradicional mexicana e irse al pop.
Pero en cuanto comienza a hablar de los mariachis y de los géneros tradicionales de su país, en el joven se asoman las «miles de horas» escuchando a su abuelo.
«Esta es la música por la que siento pasión», afirma Fernández, de 25 años, quien además de ser graduado de Administración de Empresas es pianista clásico.
«Disfruto todo tipo de géneros, incluyendo el reguetón, pero lo mío es la música mexicana».
Su meta es tomar el sombrero de charro que tan orgullosamente han llevado los Fernández sobre el escenario y lanzarlo a todas las nuevas geografías.
«Lo que quiero es que el mariachi llegue más lejos», explicó.
«Hacer que los jóvenes no lo vean como algo pasado, sino que lo sientan como algo de ellos».
El pequeño de los Fernández vocalistas sabe que es difícil que haya una revolución musical con el género mexicano, como la que ha vivido el reguetón en los últimos años, pero, según afirmó, no se limita en sus aspiraciones.
«Siempre que a la gente le guste, las cosas van a funcionar. En eso estamos concentrándonos», apostilló.
Es lo mismo que responde a quienes lo miden con una vara más alta por pertenecer a esa estirpe. «Tiene sus beneficios y sus problemas, pero al final el público es el que decide», argumenta.
Ni su padre ni su abuelo se habían dado cuenta de la voz que le legaron hasta que, hace dos años, Alex pidió prestado al mayor de la familia su estudio privado, en el rancho Los Tres Potrillos. La idea fue grabar dos canciones que le quería regalar a su mamá y a su abuela en el Día de las Madres.
En cuanto El Charro de Huentitán lo escuchó, se dio cuenta de que Alex también era heredero de su arte.
«Él le dice a mi papá: no te metas, este es mío», contó el joven y detalló cómo fue el proceso para escoger, grabar y orquestar las 12 canciones que presentará en su primer álbum, que espera lanzar en marzo de este año y cuyo título no quiso adelantar.
De acuerdo con Álex Fernández, la emoción de su abuelo es tan grande que le prestó su rancho para grabar el vídeo de su nuevo sencillo, algo que no pasa a menudo, dijo, y le ha dado todo tipo de consejos, profesionales y hasta personales.
Su padre y su madre, América Ginart, también se ocuparon de asegurarse de que de verdad quería dedicarse a la música y no lo hacía todo por complacer al abuelo, contó el Alex.
Aunque por motivos de salud Vicente Fernández, también conocido como «El rey de la música ranchera», no puede acompañarle en sus entrevistas y presentaciones, sí estuvo en el debut de Alex en noviembre pasado en los Premios de la Radio, cuando cantó por primera vez como profesional y lanzó su primer sencillo, «Te amaré».
Vicente Fernández, quien cumplirá 79 años este mes, lo llama constantemente. «Me ha dado vitalidad, energía», explica el nieto.
El más pequeño de los Fernández lleva un local en Guadalajara llamado «La donitería», donde vende donas y cafés. Le ha ido bien, dice, y tiene planes de expandirlo como franquicia a otras partes de México.
«Mi papá me insistió en que, como yo ya sabía, la vida de artista es muy dura, que (pensara) si mejor me dedicaba a lo que ya estaba haciendo», dijo entre risas Álex Fernández.