Sortear la crisis económica que ocasionó la pandemia de COVID-19 en 2020 y enfrentar el inicio del nuevo año supone un doble reto para miles de familias y empresas mexicanas que, en muchos casos, solo tiene una salida para hacerse de dinero: el empeño de sus bienes.
Joyas varias, principalmente de oro; relojes de marca, aparatos electrónicos de nueva generación, computadoras, electrodomésticos, instrumentos musicales y herramientas, entre otros objetos de valor, son las prendas de las que los mexicanos echan mano para solicitar un préstamo de dinero.
A un costado de la Catedral Metropolitana, en pleno centro histórico de la Ciudad de México, se ubica la casa matriz del Nacional Monte de Piedad (NMP), la principal casa de empeño en este país.
“Vine a empeñar una pulsera de oro, ahora mismo la falta de dinero y la economía está muy difíciles”, dijo este lunes a Efe, Jesús Guzmán, uno de los cientos de personas que pasan a diario por la filas de la casa de empeño.
“Con las fuentes de trabajo cerradas, la ‘cuesta de enero’ será complicada“, añadió el hombre, quien desde marzo pasado, cuando se inició el confinamiento por la emergencia sanitaria, ha “metido al empeño” sus prendas en dos ocasiones.
La necesidad del dinero (ante la emergencia) es lo que nos hizo venir al empeño y también venimos porque es más tolerable el adeudo aquí que con un banco, además de que los bancos no aceptan prendas”, expuso.
El Monte de Piedad, como llaman los mexicanos a la institución, fue inaugurado en 1775 y ahora cuenta con 321 sucursales en las que se llevan el 50 por ciento de los préstamos prendarios que se concretan en el país.
Aunque los mexicanos aguantaron gran parte de la pandemia, que en este país ha dejado más de 1.52 millones de contagios y más de 133 mil muertes, en los últimos días de diciembre comenzaron las filas en las casas de empeño, las cuales han ido en aumento en los primeros días de enero.
Con información de Vanguardia.