Cada abril, uno de los eventos astronómicos más esperados es la lluvia de estrellas de las Líridas. Reconocidas por su magnitud y brillo, estas estrellas fugaces son también algunas de las más veloces, lo que requiere habilidad para capturar su paso fugaz por el cielo.
Las Líridas, provenientes del cometa C/1861 G1 Thatcher, podría ser denominadas como una reliquia astronómica, debido a que fueron detectadas por primera vez hace 2 mil 700 años. De hecho, la NASA afirma que, su primer avistamiento registrado data al 687 a.C.
Ubicada en la constelación de Lira, es descrita por las y los expertos como uno de los meteoros más rápidos y brillantes, sin embargo, su actividad está calificada como alta, pues puede llegar a ofrecer 100 meteoros por hora, (aunque también podrían presentarse sólo 18 de ellos) que viajan aproximadamente a 29 millas, equivalentes a 47 kilómetros, por hora.
Fueron en los años 1803, 1922, 1982 cuando las y los astrónomos registraron unos de sus avistamientos más potenciales.
Las Líridas, a diferencia de otros tipos de meteoros, no suelen dejar a su paso remanentes de luz, sino que desechan un destello de luz, muy brillante, denominado como «bola de fuego».
A pesar de que las Líridas comienzan a avistarse a mitades de abril, activas del 12 al 29, alcanzarán su mayor pico el 23 de abril.
Los países que, como México, estamos ubicados en el hemisferio norte tendremos una mejor perspectiva para apreciar el fenómeno, sobre todo, durante el anochecer.
Por este motivo, las y los expertos recomiendan que, para apreciar su presencia en el cielo, busques un área sin contaminación lumínica. También creen conveniente buscar una cobija o saco para dormir para colocarte boca arriba y contemples la mayor cantidad de meteoros.
Otra de las sugerencias es que te familiarices a la oscuridad con media hora de anticipación, lo que producirá que tu vista capte su paso por el cielo con mayor precisión.
Con información El Universal.
