El presidente de El Salvador Nayib Bukele se reunió el lunes con representantes diplomáticos de varios países para explicar la destitución y reemplazo de cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) llevados a cabo por la Asamblea Legislativa durante el fin de semana.
Bukele dio a conocer la reunión en cadena nacional el martes, lo que causó el descontento de los participantes, que entendían que era un encuentro privado.
La polémica votación del Congreso -controlado por el partido Nuevas Ideas del mandatario- generó un torrente de condenas nacionales e internacionales del más alto nivel por quienes consideran que la decisión atentó contra la independencia de poderes de los órganos del Estado y carece de respaldo legal.
«No solo teníamos el poder de hacerlo, sino que el pueblo nos lo pidió», afirmó, sin embargo, Bukele en una intervención ante las delegaciones de casi todos los países.
En ella, apeló al resultado de los comicios de febrero, en los que su partido obtuvo la mayoría absoluta en la Asamblea.
«Las cosas que están sucediendo en El Salvador son básicamente un producto de las elecciones», dijo.
En una reunión grabada y emitida en cadena nacional, el mandatario, junto a un asesor jurídico, citó múltiples sentencias de la Sala de lo Constitucional y artículos de la Constitución para justificar la constitucionalidad de las destituciones y la elección exprés de cinco magistrados para ocupar los cargos.
Desde el fin de semana se suceden críticas y advertencias desde Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA) y grupos defensores de los derechos humanos.
Muchos consideran que con esta acción la Asamblea está debilitando instancias que servían como contrapeso al poder de Bukele en el país.
«No están informando bien»
El Parlamento, afín a Bukele, destituyó por mayoría el pasado sábado a los cinco jueces y cuatro suplentes de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), la más alta instancia judicial del país.
Los congresistas que apoyaron la destitución aseguraron que «los actuales magistrados de la Sala de lo Constitucional actuaron contra la Constitución, poniendo en primer lugar intereses particulares por sobre la salud y la vida de toda la población».
Según ellos, los jueces pusieron a la población «en peligro al no cumplir las medidas que internacionalmente han sido utilizadas».
También fue cesado el fiscal general Raúl Melara.
Sobre esta decisión, los congresistas consideraron que tenía «vínculos» con la opositora Alianza Republicana Nacionalista (Arena) que «pone en tela de juicio su objetividad, independencia e imparcialidad».
En su reunión con el cuerpo diplomático, Bukele dijo que si los embajadores y demás representantes no cuentan la verdad de lo que pasa en El Salvador, «no están informando bien a sus países».
«Que alguien me explique el porqué de las condenas. Si la Constitución le da la facultad a la Asamblea textualmente de nombrar y de retirar a los magistrados de la sala del Constitucional», añadió.
Ya el fin de semana, el presidente se defendió de la lluvia de críticas a través de Twitter, afirmando: «Estamos limpiando la casa».
Y agregó, en referencia a la comunidad internacional, que «eso no es de su incumbencia».
«El pueblo no nos mandó a negociar. Se van. Todos», tuiteó el mandatario el lunes, sugiriendo que podrían seguir las destituciones.
Ausencia de Estados Unidos
«Aquí está el cien por ciento de la representación diplomática a excepción del encargado de negocios de los Estados Unidos», apuntó Bukele en la reunión con los representantes extranjeros en su país.
«Me preocupa [su ausencia] porque cuando uno solo tiene información de un lado lo más seguro es que va a estar equivocado en su conclusión», añadió.
«Si no escuchan nuestra versión, y de seguro escuchan la de la oposición, pues cuando menos, si no quieren estar de acuerdo con mi argumento de que están equivocados, están parcializados», dijo.
El gobierno de Estados Unidos ha sido uno de los más críticos con lo sucedido.
«A mí me pareció algo bien extraño que hubo condenas sobre lo que pasó el sábado. No nos esperábamos en ningún momento una condena internacional porque no había nada que condenar», dijo el presidente.
«No lo digo por el argumento obvio de la soberanía del pueblo o del principio básico de la diplomacia de la no intervención» es que «no tenía lógica lo que estaban diciendo».
«La mayoría manda», dijo recordando las palabras de una alcaldesa al llegar al poder. «Y yo estoy de acuerdo».
Información por BBC NOTICIAS.