La escasez de precipitaciones, el incremento de las temperaturas y la carencia de medidas gubernamentales para la implementación o mejora de técnicas de riego ya están afectando negativamente la producción de cultivos fundamentales como maíz, trigo y frijol.
Para el ciclo otoño-invierno, cuya siembra arrancó el mes pasado, se calcula una reducción de 50 por ciento en la cosecha para Sinaloa, el principal estado productor de maíz, anticipó el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Según sus estimaciones, de una cosecha promedio de 5.5 millones de toneladas de maíz al año en condiciones climáticas normales, este año se alcanzarían entre 2 y 2.5 millones de toneladas.
En el caso de Sonora, la producción maicera pasaría de un promedio de 500 mil toneladas a un máximo de 100 mil este ciclo.
“La intensa sequía, que ha reducido los niveles de captación de agua en las presas de los estados de Sinaloa, Sonora y Tamaulipas a un 29, 40 y 18 por ciento de su capacidad de almacenamiento, respectivamente, bajaría la expectativa de siembra en el ciclo Otoño-Invierno 2023-2024 y agravaría la crisis económica de los agricultores, ante la falta de recursos para las siembras y de financiamiento, así como por la eliminación del seguro catastrófico por siniestros naturales”, detalló GCMA en un análisis.
En el caso del frijol, los cultivos han soportado hasta 30 por ciento menos precipitaciones con buenos rendimientos en Durango, Chihuahua y Zacatecas, pero las importaciones de grano estadounidense siguen en aumento.
Con información Vanguardia.