El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, puso ayer 24 de octubre fin a dos meses y medio de foros por la paz con la promesa de que el nuevo gobierno de México, que se iniciará el 1 de diciembre, «no apostará por la guerra» para combatir al crimen organizado.
El líder izquierdista recibió en Ciudad de México las conclusiones de los foros para la pacificación y reconciliación, que reunieron a víctimas de la violencia y a organizaciones civiles para diseñar políticas que acaben con la crisis de homicidios y desapariciones que sufre el país.
Estos foros recogieron opiniones en Chihuahua, Coahuila y Guerrero, pero se cancelaron en Veracruz, Sinaloa y Tamaulipas, entre otros estados que están más afectados por la violencia.
«El próximo gobierno se compromete a no apostar por la guerra. Esto, entre otras cosas, significa no optar por el exterminio de los seres humanos», dijo López Obrador en referencia implícita a la guerra militar contra el narcotráfico que México ha emprendido desde la llegada al poder del presidente Felipe Calderón (2006-2012).
El próximo mandatario prometió «garantizar la paz y la tranquilidad sin el uso extremo de la fuerza» y aseguró que no va a «ordenar nunca la represión de los ciudadanos».
También aseveró que su gobierno abordará «las causas originales de la violencia», un hecho que, a su juicio, no han realizado los gobiernos anteriores, que según él han partido de la base de que «los mexicanos somos malos por naturaleza».
Para López Obrador, el origen de la violencia en México, que registró un récord histórico con 31,174 homicidios en 2017, se encuentra en la «política económica antipopular e injusta» de corte neoliberal que se ha aplicado en los últimos 30 años.
«Sin crecimiento (económico) no hay empleos, sin empleos no hay paz ni hay tranquilidad. Este tema no se aborda, no es parte del debate», lamentó.
López Obrador dijo que hay que «ser muy fraternos y respetuosos con las víctimas» de la violencia y prometió justicia en casos como el de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en 2014, un caso del que dijo: «Vamos a llegar hasta el fondo».
Asimismo, prometió «liberar a los presos políticos y sociales para que no haya nadie injustamente encarcelado» y garantizó «el respeto absoluto a la autonomía» de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), órgano que actúa como defensor del pueblo mexicano y que ha sido muy crítico con el actual presidente Enrique Peña Nieto.
Al finalizar su intervención, López Obrador reivindicó que cree en el «perdón» hacia los verdugos para reconciliar a la sociedad, y sostuvo que no descarta amnistiar a criminales siempre que sus víctimas lo acepten.
Durante estos foros, López Obrador ha sido interpelado por familiares de víctimas del crimen organizado que se niegan a perdonar a los asesinos. A esto, el presidente electo siempre responde: «Olvido no, perdón sí».
El líder izquierdista aseguró que la clausura de los foros no significa que se deje de escuchar a las víctimas y señaló que «estamos iniciando este proceso y necesitamos la participación de todos».
Ante algunas de las víctimas de la violencia, Olga Sánchez Cordero, propuesta como secretaria de Gobernación por López Obrador, aseguró que las más de 35,000 desapariciones registradas en el país «son una deuda moral del Estado mexicano» y prometió que en el nuevo gobierno las madres que buscan a sus hijos «nunca más van a estar solas».
Por su parte, el próximo secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, coordinador de los foros, celebró que estos encuentros han servido de «primer paso para la construcción del diálogo entre el futuro gobierno y la sociedad» y demostrado que los ciudadanos necesitan «ser escuchados de manera empática y cercana».
Un representante eclesiástico leyó una misiva del papa Francisco en la que felicitó al presidente electo por la iniciativa de los foros y ofreció la «disponibilidad constante de la Iglesia Católica para colaborar en todas las iniciativas dirigidas a encontrar un camino para encontrar la paz y la reconciliación».
Pacificación no será fácil, advierte la ONU
La ONU advirtió que la pacificación a la que aspira el próximo Gobierno no será fácil ni rápida.
Durante la entrega de las relatorías de los diversos encuentros con víctimas y especialistas, Antonino de Leo, representante en México de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, felicitó la iniciativa del Presidente electo Andrés Manuel López Obrador. “Las Naciones Unidas consideran la experiencia de estos foros como el comienzo de un diálogo continuo entre los actores”, señaló. “Si bien los contextos nacionales y locales son diferentes, nuestra experiencia nos permite afirmar que el camino hacia la reconciliación nacional no será corto ni fácil de recorrer”.
Indicó también que en la medida que se dé un diálogo franco y abierto habrá polémicas y descontento, por lo que sólo se podrá avanzar dejando atrás divisiones.
“Ponemos a su disposición el conocimiento, la experiencia y la asistencia técnica de nuestra organización internacional firmemente convencidos que las víctimas tienen derechos a la verdad, justicia y garantías de no repetición”, apuntó.
En tanto, el Nuncio Franco Coppola leyó una carta escrita el 18 de octubre por el Papa Francisco en la que considera que los foros serán de gran utilidad para una mayor cooperación.