Bomberos alertas en Noche Buena

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Es Noche Buena y los bomberos están de guardia en la central. Como no se pusieron de acuerdo para la cena navideña, optaron por hacer una carne asada, el hambre ya aprieta pero acordaron sentarse todos juntos a la mesa para comer.

«No se vale picar, le dijimos al que estaba asando, nos vamos a sentar todos juntos», recuerda Javier Medina Hernández, oficial de bomberos destacamentado en la central Colón. Pronto sirvieron la cena, se acomodaron y estaban por brindar cuando los interrumpió la alarma.

La cena quedó intacta y todos salieron al auxilio. Se quemaba un centro comercial al norte de la ciudad, las llamas parecían alcanzar el cielo y los bomberos cumplían con su deber. Pronto se sumaron elementos de otras corporaciones, bomberos de otros municipios, unidades de emergencia de distintas industrias.

«Era muy grande el incendio, tuvimos mucho apoyo de empresas y de bomberos de otras ciudades, no disfrutamos la cena navideña pero sí el compañerismo, estuvimos trabajando toda la noche, todos cuidándonos unos a otros, no se valía tener lesionados y mucho menos bajas, estuvimos unos pendientes de otros, terminamos a las seis y media de la mañana de sofocar, pero continuaron los trabajos para remover, que no quedara ya ninguna brasa, ahí se quedaron los que entraban al día siguiente», comenta, «entonces sí, vámonos, ya a disfrutar con la familia». De esto han pasado casi 10 años.

En la central de bomberos no hay vacaciones ni permisos para ninguno de los elementos operativos por la temporada navideña. Medina tiene 28 años como bombero y admite que, al inicio, enfrentó reclamos de sus hijos por no estar presente en Noche Buena, por lo que buscaba pasar tiempo de calidad con ellos el 25 para que no lo resintieran.

«Se batalló pero se acostumbraron», dijo.

En Torreón hay 120 elementos en el departamento de bomberos y se dividen en dos grupos, que trabajan 24 horas y descansan 24. Los administrativos sí pueden tomar vacaciones o permisos en diciembre, pero el resto debe estar alerta, pues aunque hay ocasiones en que se tiene un turno tranquilo, por lo general se incrementan los auxilios en esta temporada, tanto por el uso de pirotecnia como por las luces y el árbol de Navidad, que pueden derivar en incendios cuando hay cortos circuitos.

A un grupo le toca trabajar el 24 de diciembre y al otro el 31, su responsabilidad se antepone a la cena familiar, deben estar alertas en la central y en caso de alguna circunstancia de fuerza mayor, deben conseguir quien les cubra porque los puestos no se pueden quedar vacíos, pues ante una emergencia, cada uno tiene el deber de cuidar de los otros. Los oficiales están asignados a distintas áreas y, aún cuando no les toque trabajar, si se presenta un incendio de grandes proporciones, todos deben abandonar la cena familiar y acudir al auxilio.

«Aquí es una hermandad, aquí todos nos vemos como hermanos, como familia, convivimos un día aquí y uno con nuestra familia pero al final estamos aquí casi 25 o 30 horas y luego ya nos vamos a la casa», dijo.

Medina señaló que ser bombero le ha dejado muchas satisfacciones, pues se cumple el deber y se salvan vidas, pertenencias.

«Para mí, la satisfacción más grande es cuando salvamos la vida de un menor y el agradecimiento de los padres», expresó. Medina inició en el cuartel como voluntario y tenía otro empleo, pero al final decidió renunciar en cuanto vio una vacante para quedarse de lleno en la corporación: «según yo iba a entrar por un corto tiempo, que ya son 28 años, aquí le rindo cuentas a la ciudadanía».

En Noche Buena, los bomberos se ponen de acuerdo sobre la cena y no falta la charla amena entre los compañeros, algún juego, sin ninguna bebida embriagante, por supuesto.

«Llega la hora de la Navidad, los abrazos, hablan por teléfono con su familia, se felicitan y luego a seguir trabajando», explicó Medina.

Para esta Navidad, el oficial pide unión familiar, compañerismo, una vida amena y en paz para los laguneros, donde prevalezca el respeto a los unos y los otros.

Vía El Siglo de Torreón