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Ciudad de México estrenó este lunes 138 cámaras y radares que estarán pendientes del cumplimiento de las normas viales de los conductores, cuyas infracciones comportarán sanciones educativas o trabajos comunitarios.
Con los dispositivos anteriores, conocidos como «fotomultas», los usuarios recibían sanciones económicas que podían pagar para continuar conduciendo, mientras que ahora, cada matrícula iniciará todos los semestres con 10 puntos que irá perdiendo si comete infracciones y no se podrá usar el vehículo si los pierde todos.
Toda falta implicará la pérdida de un solo punto, independientemente de la gravedad, a excepción del exceso de velocidad cuando sea superior a un 40 % más del límite establecido, informó en un comunicado la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital Algunas otras de las sanciones punibles serán, entre otras, circular en sentido contrario, no respetar la preferencia de paso de los peatones o conducir con «personas o animales entre las piernas o dispositivos electrónicos que distraigan al conductor».
El mecanismo emitirá exclusivamente una amonestación cuando la cartilla del vehículo contenga nueve u ocho puntos, mientras que el conductor tendrá que realizar un curso sobre seguridad vial.
Si la cartilla pierde más de la mitad de los puntos, los sancionados tendrán que realizar trabajo comunitario: dos horas por cada punto, estableciendo un máximo de 36 horas aún cuando ya se hayan terminado los 10 puntos iniciales.
En 2016, diputados locales del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), de la actual alcaldesa Claudia Sheinbaum, anunciaron que el 46 % de las ganancias por las fotomultas estaban destinadas a la empresa Autotraffic, quien tenía la concesión.
Además, un juez federal declaró el año pasado anticonstitucionales cinco artículos del reglamento de tránsito relacionados con las fotomultas, alegando que estas imágenes o vídeos no pueden generar una multa automáticamente, sino que solo son indicios para iniciar un juicio.
La jefa de Gobierno anunció durante su toma de posesión que «se va a acabar con la corrupción de Ciudad de México» y para ello una de las medidas es la reformulación de este sistema de control de velocidad.
