El papa Francisco se arrodilló y les besó los zapatos a los líderes rivales de Sudán del Sur, en un acto de humildad sin precedentes dirigido a alentarles a fortalecer el tambaleante proceso de paz en el país africano.
Al cierre de una reunión de dos días en el Vaticano de los líderes africanos, el pontífice les pidió al presidente de Sudán del Sur y al líder de la oposición que procedan con el acuerdo de paz pese a las crecientes dificultades. Seguidamente, se puso de rodillas y les besó los zapatos a los líderes.
Usualmente, el papa realiza un lavado ritual de pies con prisioneros en el Jueves Santo, pero Francisco nunca ha mostrado una deferencia tal con líderes políticos.
«Expreso mi sentida esperanza de que las hostilidades cesen finalmente, el armisticio sea respetado, las divisiones políticas y étnicas sean superadas y que haya una paz duradera por el bien común de todos los ciudadanos que sueñan con comenzar a construir la nación», dijo el papa en sus declaraciones finales.
El retiro espiritual reunió al presidente Salva Kiir con el líder opositor Riek Machar. También estaban presentes los tres vicepresidentes de Kiir. El papa besó los pies de todos ellos.
Los líderes sursudaneses no hicieron ninguna declaración en respuesta a los pedidos del papa.
Sudán del Sur ganó su independencia en 2011, y en 2013 una guerra civil dejó 400,000 muertos.