A punto de la quiebra, negocios de EU suplican por clientes mexicanos

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Con la esperanza de que el miércoles se anuncie la reapertura de la frontera México-Estados Unidos para actividades no esenciales, autoridades locales norteamericanas y negocios suplican por el levantamiento de las restricciones, ante la crisis económica que enfrentan por la falta del turismo mexicano.

Miles de negocios en las ciudades fronterizas de los cuatro estados colindantes con México están cerrados, mientras el programa binacional de vacunación anticovid avanza. Sin embargo, la decisión se ha postergado 18 meses y las autoridades advierten que ya no aguantan más solo con apoyos económicos enviados desde Washington.

Tres mil 169 kilómetros de frontera con Estados Unidos quedaron suspendidos al comercio y actividades no esenciales como medida para intentar frenar la pandemia, pero con los puentes internacionales cerrados, la economía de la región es lo único paralizado.

Cierre de fronteras obligó a mexicanos a consumir local

De acuerdo con cifras de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco), consumidores mexicanos arrojan ganancias por 45 mil millones de dólares a través de la frontera. Esta cifra hoy está en crisis ante las restricciones impuestas.

El juez del condado de El Paso, Ricardo Samaniego, quien gestionó la implementación del plan binacional de vacunación anticovid en Ciudad Juárez, asegura que el programa de rescate económico del gobierno del presidente Joe Biden, y que contempló apoyos por 1.9 billones de dólares, no basta.

“El impacto más fuerte va a ser el futuro, más que lo que ha sucedido en los últimos 18 meses porque sin los fondos va a ser muy difícil”, advierte.

En Arizona, la ciudad de Nogales se sostiene en un 70 por ciento de los impuestos por consumo de quienes ingresan por el puente fronterizo. Hoy, la ciudad enfrenta los estragos económicos de la pandemia. Washington envió 2 millones de dólares a esta ciudad para poder sobrevivir el último año sin recortar personal o dejar de cubrir los servicios públicos.

En las calles aledañas al puente internacional hay decenas de negocios que reabrieron hace cuatro meses cuando se levantaron las restricciones en este país, pero ahora de las 80 tiendas que había, resisten una decena, el resto ya vació sus locales.

El alcalde Arturo Garino asegura: “lo que queremos es que se abra la garita y nos den oportunidad a nosotros de hacer los negocios que hemos hecho por años siendo ciudades hermanas”. A 574 kilómetros de Nogales, en Calexico, el alcalde Javier Moreno, de plano ha tenido que solventar con recursos federales los gastos del ayuntamiento. Describe su ciudad como un pueblo fantasma donde la afectación no solo fue a la economía local, también a los servicios básicos como la seguridad pública.

A 188 kilómetros de ahí, en San Diego, la ciudad más cercana al Pacífico, arrancó el programa piloto de vacunación binacional. Gracias a ello, los mayores de 18 de Baja California ya están vacunados, pero la garita de San Ysidro, sigue cerrada lo que deja pérdidas por 7 millones de dólares semanales y al menos 200 negocios ya cerrados. La garita de San Ysidro en la frontera entre San Diego y Tijuana es el retrato más claro de la realidad que se vive. Miles de carros cruzan desde Estados Unidos hacia México, por unos cuantos de residentes o trabajadores esenciales que van hacia el norte.

Un fenómeno inusual en un puente internacional cuya imagen cotidiana antes de la pandemia eran filas y filas de mexicanos que cruzaban desde a cargar gasolina hasta a adquirir productos norteamericanos. Por eso, los alcaldes norteamericanos se unen en un grito de auxilio para sus economías. «Dejen de pensar The Washington style y ¡Abran ya las fronteras!…»

Información por MILENIO.