Dan plazo de entre 9 a 11 meses para sacar a mineros de pozo inundado; familias se oponen al plan

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rescate de mineros podría alargarse meses

Ante las complicaciones y riesgos que conllevan las ideas planteadas para extraer a los 10 mineros atrapados en un pozo de carbón en una mina de Sabinas, Coahuila, Protección Civil ha ofrecido este jueves una última opción: abrir un tajo para acceder al lugar donde se piensa que podrían estar aprisionados bajo tierra los obreros.

Sin embargo, se procura que este proceso tarde entre 9 y 11 meses. Este plazo aniquila las pocas esperanzas que los trabajadores atrapados pudieran continuar con vida. Los familiares han rechazado la nueva estrategia. Los quieren cuanto antes, han dicho en declaraciones a los medios de comunicación tras su conversación con la responsable de Protección Civil, Laura Velázquez.

“Es un tiempo irreal, 11 meses parado aquí esperando a un familiar es muy desgastado”, ha señalado un familiar cercano a los mineros. La misma fuente ha indicado que Velázquez ha sugerido una última vía: indemnizaciones a los allegados, que estos han rechazado de inmediato. “Todos dijeron que no querían hablar de eso aún, querían sacar a su familiar. Es una opción o la otra, te pone entre la espada y la pared”.

Los familiares de los obreros han decidido abandonar la reunión y han corrido a dar declaraciones a la prensa, como un intento de presión ante una alternativa que no satisface a nadie. “Nos retiramos y ahí la dejamos sentada. Fuimos directitos hacia las cámaras”.

La tensión entre los familiares de los mineros y las autoridades ha alcanzado un nivel de difícil retorno. Algunos ya hablan de llevar a cabo protestas a las puertas de la mina y exploran nuevas formas de presión. “Lo urgente, lo que debe ser ahorita es un plantón. No dejar que salga nadie y pedir apoyos. ”, señala la misma fuente.

En la memoria cada vez está más presente la tragedia de Pasta de Conchos de 2006, una herida todavía abierta en la región: de 65 obreros muertos en la explosión de gas de una mina, 63 cuerpos nunca se recuperaron.

La sensación de los familiares es de que las autoridades les están abandonando, que ya han tirado la toalla: “Están retirando cosas de aquí, se están llevando maquinaria, baños, el puesto de comida, una carpa de un segurito privado que tenían aquí…”.

Con información de El País.