En un memorial de la capital, la tendencia de diciembre indica que se rebasaría la cifra de estos servicios registrada en la peor etapa de la pandemia; en 19 días van 31, todos por Covid.

Es un memorial que da servicios de cremación a gente de clases media y alta, a las personas que desean incinerar los restos de sus seres queridos que han fallecido. Se trata del Memorial San Ángel, ubicado en la alcaldía Álvaro Obregón, junto al conjunto residencial Atlamaya, a un lado del Panteón Jardín.

Es un microcosmos de lo que ha sucedido durante todos estos meses en la Ciudad de México a causa de la pandemia del coronavirus, y de lo que está ocurriendo ahora, en diciembre.

Las cosas se están deteriorando a tal nivel que las cremaciones han vuelto a los niveles del peor momento de la pandemia, que fue mayo, cuando hubo un promedio de tres servicios por día, e incluso hay jornadas que superan aquella situación, como ha sucedido esta semana, pues durante dos días consecutivos —miércoles y jueves— hubo cuatro incineraciones por jornada.

Pedro Jaramillo, representante legal de Litomex, afirma que si la empresa produjera el triple, apenas estaría en condiciones de surtir la demanda de ataúdes. Foto: Carlos Mejía. El Universal.

En marzo, cuando empezó la pandemia, este lugar tuvo 13 cremaciones de gente que murió como consecuencia de la enfermedad Covid-19. El encierro apenas empezaba, había un servicio si acaso cada dos días.

En abril las cremaciones subieron a 19.

En mayo vino lo peor y llegó la saturación: las cremaciones casi se quintuplicaron. Hubo 92 incineraciones de cadáveres cuyos certificados de defunción eran contundentes: “Covid-19”.

Había casi tres casos de coronavirus por día (2.96), más los fallecimientos usuales (52 en el mes, once o doce por semana), lo que ocasionó que el horno funcionara hasta 16 horas por jornada. Los casos de Covid representaban 64% de las cremaciones.

El verano trajo un poco de más calma. En junio, los casos se redujeron casi a la mitad (49). En julio descendieron 57%, respecto al mes previo, cuando hubo hasta 21 incineraciones.

En agosto bajaron un poco más, a 18, y en septiembre se estabilizaron con el mismo número de cremaciones (cuatro a la semana, en promedio).

En otoño empezaron a crecer nuevamente las cremaciones. Octubre registró 20 casos y noviembre se disparó a 31, una cremación por día, lo que implicó un aumento de 55% respecto a octubre y un crecimiento de 64% con relación a los 19 casos por mes que en promedio hubo durante el verano.

Con información del Universal